miércoles, 24 de octubre de 2018

El Necronomicón

Un libro salido del infierno
Para quienes no lo conocen, el Necronomicón es un libro (supuestamente) ficticio ideado por el célebre escritor de terror H. P. Lovecraft, sobre el que se publicó un breve relato póstumo titulado Historia del Necronomicón. Este libro hace parte importante de la obra de este autor y aparece en muchos de sus libros. De acuerdo con Lovecraft, el nombre se le habría venido a la mente en medio de un sueño, por lo que habría decidido involucrarlo en el mundo ficticio que había ido creando.

Lovecraft fue un maestro de la literatura. Desde niño sufrió graves trastornos psicológicos, los cuales plasmó magistralmente en sus obras, reconocidas en todo el mundo. Sin embargo, ninguna de sus obras estaría completa sin este mítico libro que aparece, de manera un tanto ubicua, en casi todas ellas. El mundo creado por Lovecraft presenta unas características negras, tétricas, presentes solo en la mente de alguien francamente perturbado. Sus propios trastornos habrían creado este mundo, iluminado, como una biblia, por la sombra eterna del necronomicón.

¿Orígenes históricos? Abdul Alhazred
De la descripción que hace Lovecraft del Necronomicón jamás, y he de ser muy específico con esto, jamás se entiende que se trate de un libro ficticio. La historia póstuma del mismo no solo involucra personajes reales, sino que (dentro de lo posible) es bastante exacta históricamente. De acuerdo con Lovecraft, el Necronomicón sería un libro de saberes arcanos y magia ritual que, en manos de seres ordinarios (como los humanos o, al menos, la mayoría de ellos) invariablemente llevaría a la locura y la muerte.

Lovecraft relata el origen del Necronomicón en la mente de un poeta loco, oriundo de Arabia, llamado Abdul Al Hazred. El hombre habría pasado algún tiempo en las ruinas de Babilonia, la grande, para luego explorar los secretos ocultos bajo tierra en los templos antiguos de Memphis. Con su mente atormentada por los secretos que, según Lovecraft, habría descubierto en estas regiones, Al Hazred habría entonces pasado 10 años en el desierto ubicado al sur de Arabia (Roba el-Khaliyeh), donde se dice que abundan los espíritus malignos.
Pocos años antes de su muerte, Al Hazred escribiría esta fatídica obra, denominada originalmente Al Azif. Los años pasarían y la memoria se perdería, pero algunos eruditos, que habrían de encontrar la obra oculta en profundos anaqueles, la traducirían al griego (donde adquiriría su actual nombre) y, posteriormente, al latín. Actualmente, las versiones originales (árabe y griega) estarían perdidas, y solo existirían dos copias de la versión en latín, en manos del Museo Británico y la Biblioteca Nacional de Paris. Otras copias, se rumora, habrían caído en manos de coleccionistas privados.

¿Y si en verdad existiera?
Algunos afirman que el Necronomicón no es una obra de ficción, sino que existe realmente, pero debido a los horrendos efectos que tiene se encuentra bien custodiado. La Iglesia, desde el siglo XI, habría comenzado la persecución contra la oscura obra… y no es para poco:

El Necronomicón tendría información sobre una serie de seres arcanos, de civilizaciones antediluvianas y de inmensos peligros para la humanidad. En el mundo imaginado por Lovecraft, la tierra (y el universo) está lleno de seres que viven vidas ocultas, esperando su momento y realizando horribles conflictos entre ellos sin importarles en lo más mínimo lo que suceda con la humanidad. El Necronomicón permitiría comunicarse con estos seres (quizás, despertarlos), así como visitar sus viejas construcciones, perdidas en el tiempo… por esta razón lleva a la locura, por eso, debe permanecer oculto.

Es difícil probar históricamente la existencia de la obra. Algunos afirman que las pruebas están allí, otros, que en realidad no existen. Sin embargo, la posibilidad de que un libro tan oscuro y, a la vez, tan intrigante, pudiese existir, no hace sino inflamar la imaginación de los seres humanos.

Y tú, ¿crees que podría existir el Necronomicón?

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